Aterrizando



La maleta ya estaba deshecha, la ropa ya ocupaba los cajones y perchas. Me faltaba por desempaquetar varias cajas, los libros, juegos para la consola, y varias cajas cuyo contenido ni me acordaba. Mientras, me tumbé unos segundos en el sofá, sobre la tela naranja que había comprado en IKEA.

Era la primera vez que vivía más de dos meses fuera de mi hogar, pero como profesor de secundaria no me quedaba otro remedio, y una mezcla de temor e incertidumbre se agolpaba en mi cabeza desde hacia un par de meses. Por una parte deseaba probarme a sí mismo y experimentar qué sería vivir en el “exilio”, dejando atrás la vida en pareja, la familia a cinco minutos, la vida en el barrio, y miles de entretenimientos, cines, exposiciones, teatro... Quizás era como una prueba, una especie de forma de empezar de cero.

Me levanté, calenté un poco de agua y preparé un té... ya terminaré de ordenar mañana.
1 Sept.08



Sunomono

Una receta japonesa sencilla, fresquita (todavía hace calor).
Cortamos un extremo del pepino y lo pasamos por la mandolina (sino disponemos de este utensilio, hay que cortarlo a cuchillo pero procurando que todas las láminas sean iguales y finas como el papel, lo cual no es fácil). Espolvoreamos con sal gorda,y lo removemos bien, para colocarlo al final sobre un colador de bambú (o de plástico) y que el agua que extraiga la sal, escurra y se convierta en salmuera. Basta con un cuarto de hora, pero si está media, mejor. Debe sacudirse bien para quitar toda la sal, pero si no usamos sal marina pura, es mejor darle un agua para quitar los residuos. Se escurre bien, incluso apretando fuertemente entre los dedos y se sumerge en vinagre de sake donde debe permanecer media hora.

Alga wakame. Si usamos algas secas, hay que ponerlas a remojo durante un cuarto de hora y luego escurrirlas bien, incluso secarlas sobre papel absorbente. Una ves secas, se sumergen en salsa de soja durante media hora.

Salsa: En una cacerola sobre fuego suave, poner el dashi, el vinagre de arroz, el azucar, la sal y un poco de salsa de soja. Cortar el fuego cuando el azucar y la sal se han fundido. Dejar enfriarse.

Para montar los platitos (debe servirse en pequeñas porciones para que ofrezca un aspecto elegante y apetecible, casi de a bocado para que resulte escaso y exquisito), hacemos un círculo con las algas y en dentro de él colocamos las láminas de pepino haciendo una especie de remolino. Se espolvorea de semillas de sésamo y se puede adornar con una filigrana lámina de limón o un adorno hecho con su cáscara, incluso bastoncitos de piel.

Espuma de Mar



O buscando el punto positivo a una bandera roja en Cabo de Gata.
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